Aoiz y el pantano de Itoiz

Como llega la primavera, hemos ido a visitar uno de los valles del Pirineo que no conociamos. Empezamos la ruta desde Pamplona por la autopista en dirección a Jaca, y subimos en dirección a Urroz. Justo al principio, se ve un pequeño embalse de regulación del canal de Navarra, que nos acompañará por toda esta ruta. Desde allí, fuimos a Aoiz. Dejamos el coche al lado de la iglesia de San Miguel (al final del pueblo), y después fuimos a la oficina de turismo, que está en la casa de cultura. Allí no nos informaron demasiado de lo que había en el pueblo, pero fueron amables.

Dentro del pueblo me encantó la iglesia de San Miguel (gótica, con un hermoso retablo). Hacia tiempo que no veia una iglesia con tan poca luz. Respecto al interior del pueblo, no tanto, se ve alguna casa señorial, pero no es un pueblo que digas "precioso". A continuación, dimos un pequeño paseo andando a ver el puente:

Desde allí cogimos el coche y fuimos a ver el famoso pantano de Itoiz. Después de tantas veces oir que se iban a desprender laderas y que la presa se iba a derrumbar, tenía interes en verlo:

La verdad es que siempre que me han gustado las grandes obras públicas, y esta realmente lo es. Tiene una anchura de 525 metros y una altura de en torno a 100 metros. Además, la presa está abierta a la circulación por la parte superior, siendo en un dia que no haga mucho sol ni demasiado viento un paseo bastante agradable.

Desde allí fuimos a Nagore, un pequeño pueblo que está al final del pantano, y que tiene una pequeña pradera justo al borde del pantano. La carretera desde Aoiz hasta Nagore está muy bien, como se nota donde está invertiendo dinero el gobierno de Navarra (aunque también tiene su logica que si se hace un pantano en una zona, con los daños que eso supone al menos se les compense con unas buenas comunicaciones).

Desde aqui cogimos el coche y seguimos en dirección a Arce. Justo en la cola del embalse, está la ermita de Santa Maria de Arce, en un paisaje al menos en primavera casi idílico. Cuando nosotros llegamos, habia unos cuantos caballos pastando en el campo de al lado, algo casi digno de una postal.

Esta pequeña ermita es preciosa, rezuma historia medieval por todas sus piedras, lastima que no se pueda visitar el interior. Además me encanta visitar algo y no encontrar a ningún turista.